«El ocio como valor para el escenario turístico del horizonte 2020.»

Salvador AntonEl turismo está en una fase de cambios profundos, tanto desde la perspectiva de las expectativas de la demanda como desde el punto de vista de la dinámica de la oferta. Se observan de manera generalizada procesos como la competencia creciente entre destinos, cambios en los procesos de toma de decisiones de los turistas, la eclosión del turismo de la experiencia, una mayor conciencia social y ambiental, la generalización del uso de las nuevas tecnologías, la existencia de nuevos modelos de transporte o los efectos de la globalización sobre las dinámicas económicas.

El turismo, de hecho, se ha transformado en una actividad en la que la emergencia de cuasi infinitos procesos de cambio está condicionando su viabilidad en el más inmediato corto plazo.

Más allá del contenido de planes a medio y largo plazo como el dedicado a diseñar la dinámica del turismo en España en el Horizonte de 2020, se debe indicar, en este contexto, que es necesario incluir el ocio en la «agenda de la innovación turística» de manera que sea posible avanzar en el conocimiento de las oportunidades que genera y hacer propuestas concretas de desarrollo. Hace falta pensar, por ejemplo, en las posibilidades que ofrece una correcta valoración del paisaje como elemento de atracción, en las nuevas potencialidades que pueden ofrecer en términos de ocio los destinos de sol y playa –claramente posicionados a nivel internacional-, en el papel, dimensiones y efectos de los equipamientos de ocio en las ciudades, en la dinámica de implantación y desarrollo de espacios de entretenimiento y centros comerciales, en las posibilidades de desarrollo de territorios creativos e innovadores o en la potencial relevancia de determinadas formas de turismo cultural y/o activo. Se tiene que entender, en cualquier caso, que las posibilidades de creación de nuevos negocios vinculados a la creación de experiencias tienen un papel fundamental y proactivo desde el punto de vista de la renovación del actual sistema turístico.

Para ello, sin duda, hay que avanzar también en la generación y transferencia de conocimiento en la materia de manera que sea posible incrementar el valor y las oportunidades de desarrollo de los lugares, incorporar innovaciones tecnológicas, impulsar el desarrollo de nuevos productos y promover la sostenibilidad a escala local con el objetivo doble de mejorar los resultados de la actividad y favorecer el incremento del bienestar. Desde esta perspectiva, además, se puede hablar del conocimiento como función estratégica en el ámbito de la dinamización de los destinos y en relación a la producción de emociones y experiencias.

Sea dicho de paso, en este punto, que las iniciativas de las plataformas tecnológicas y de innovación en materia de turismo y ocio desarrolladas en España con la colaboración de universidades, empresas y administraciones deberían devenir palancas imprescindibles para la definición de una política pública en este ámbito y para la orientación de las estrategias privadas de inversión a fin de minimizar riesgos y asegurar la viabilidad y sostenibilidad de los proyectos.

Prof. Dr. Salvador Anton Clavé

Universitat Rovira i Virgili

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